Vuelve

Alan Wilder fue el cuarto componente de Depeche Mode. Digo que fue, porque abandonó el grupo hace ya más de 10 años, aburrido de ser ninguneado por algunos de sus compañeros, y de que su trabajo no tuviera el reconocimiento que realmente se merecía, después de tantos años produciendo y articulando el que sería el sonido definitivo de la banda.
Wild se centró en su proyecto paralelo, Recoil, basado en la experimentación, en la mezcla de sonidos, en la estética perturbada, nocturna, oscura, en un mundo de pesadilla urbana y fría. Hacía ya 6 años que no se sabía nada de él, pero últimamente se rumoreaba que este año disfrutaríamos de su música. La espera ha concluido. El día 2 de julio se publicará subHuman, su nuevo album, y pocos días quedan ya para saber como nos volverá a sorprender.
Para los pocos que leen mis líneas, y no han tenido la suerte de conocer a que suena, aquí os dejo Drifting, tema extraído de Unsound Methods (1997).

A Santiago voy, ligerito...

Después de una convulsa Semana Santa (sobre todo debida a mi puta culpa) la vuelta a la normalidad es algo que una mente tan cuadriculada y tan poco imprevisible como la mía desea con todas sus fuerzas. Lo cierto es que esta semana que, se está dirigiendo hacia la mediocridad a un ritmo increíble, tiene su contrapunto en que este viernes me voy otra vez a una de mis ciudades favoritas, a pasar ese pequeño oasis llamado fin de semana.
Santiago de Compostela, ese pequeño lugar, es uno de esos sitios en los que me gusta perderme, y si es en buena compañía (que me consta que así será), pues mejor que mejor. Un paseo por la zona vieja y sus callejuelas, ir hasta el CGAC a admirar alguna exposición de videoarte (que me chifla) o si no la hay a dejarme caer por ahí a ver que se tercia, acercarme hasta la Bodeguilla de San Roque a comerme unas ledicias (que ya sé que no son nada del otro mundo, pero me hacen ilusión), tomarme una copa relajadamente en el Atlántico o en el Desván (insuperable este último en su selección musical). Santiago me chifla, y quizás se deba a que, siempre, desde que tengo uso de razón haya ido a pasarme algún día que otro. Me gusta ese turisteo ocasional de varios fines de semana al año y quizás eso haga de esa ciudad algo tan especial para mí y tan distinta a como la ven mucha gente de mi entorno.
El próximo finde será otro cantar, que tengo un cumpleaños en agenda y esos cumples suelen ser terribles...

Vacaciones y una aburrida semana pasada

¡Ya estamos en Semana Santa! Unos días de vacaciones no vienen nada mal después de tanta monotonía. Os comento, después de la semana pasada con tantas llamadas de queja al penoso servicio de mantenimiento de Telefónica, ya sabéis, cosas que pasan cuando vives tan alejado de la civilización, a uno el cuerpo le pide menos malos rollos y un poquito de aire fresco (al estilo de los Delincuentes) para disfrutar de estos primeros días de primavera, que hace poco tiempo reclamaba tiempo anárquico (llámame cursi que sé que te gusta) y ahora parece que se cumplen mis predicciones.
Como os iba diciendo, la semana pasada estuve sin adsl y a lo único que me dediqué (además de estudiar, mal pensados) fue a escuchar los últimos discos que cayeron en mis manos y a recordar algún que otro temilla de tiempos pasados.
Resumiendo, que me repasé desde viejas cosas como imitaciones del sonido de Joy Division (o Interpol), que son los Editors, que en breve sacan disco nuevo, hasta los sonidos épicos (que a mi a veces me sonaron huecos) del nuevo de Arcade Fire (si, pienso que el Funeral es bastante superior a Neon Bible) pasando por algo de la electrónica suave de las francesas Au Revoir Simone. O sea, que he estado un poquito ecléctico, que siempre viene muy bien.
Pues poco más, para desearos unas felices vacaciones a todos, os dejo con un tema de estos de buen rollo poperillo, dreaming of you de The Coral: