17.3.06

Macrobotellón

Menudo sensacionalismo barato acabo de presenciar ahora. Y todo con la moda más imbécil desde hace mucho tiempo, el macrobotellón.
Algunos de los mejores recuerdos de mi vida van asociados al botellón en la playa. Desde hace muchísimo tiempo era una costumbre recurrente para varios de mis amigos y yo, llegándonos a juntar casi 40 personas sólo entre conocidos, colegas y demás ralea. La verdad es que fueron unos años tan especiales que todavía me estremece sólo de pensar la infinidad de anécdotas e historias que nos fueron pasando. Una vez que te vas haciendo mayor, lo del botellón empieza a reconvertirse en fiesta casera, y la verdad, merece bastante más la pena, aunque en ocasiones, y con aquello del buen tiempo, a veces presta hacerse uno de vez en cuando. Ahora, en mis tiempos más juveniles la idea (o por lo menos mi autoconvencimiento así me lo sugería) no sólo era la de beber hasta emborracharse sino la de pasar un rato más que agradable sumergido en una interminable charla.
La moda imbécil de la que hablaba hace un rato es la de los macrobotellones. A ver que ciudad supera a la otra, a ver quien se taja más, a ver quien es capaz de llenar más la calle de mierda...
La realidad es que una explicación lógica para este fenómeno no existe. Tanto los medios sensacionalistas que hoy en día son mayoría en este país como los precios abusivos del alcohol (desde el punto de vista de un ciudadano de aquí), así como la particular idiosincracia de la juventud y su relación con la sociedad en estos tiempos que vivimos, podrían acusarse mutuamente.
Echarle la culpa a alguién es demasiado facil. Aquí no hay culpas. Una educación más tolerante y abierta para todos y hacia todos quizás sería la más fácil solución. Aunque eso me suena más a palabrería vana que a otra cosa.

Escucho ahora: Morrissey - the youngest was the most loved

13.3.06

Fracaso

Me gustaría, en ocasiones, considerarme un artista del fracaso. Sería la mejor penitencia posible.
La verdad es que de un tiempo a esta parte me he especializado en cagarla continuamente, lo quiera o no, creo que es un defecto de fábrica, supongo. Pero es algo que empieza a preocuparme cada vez más.
Lo peor de todo es la estúpida sensación que te invade una vez que te das cuenta de que has decepcionado a gente que confiaba en tí lo suficiente como para arriesgar sus comentarios o sus pensamientos. Pero eso es un mal menor, lo que importa es como te sientes tú, la sensación de pesar que te produce y en ocasiones (digo en ocasiones, que hay veces que tienes la conciencia tranquila y no te preocupas por paridas) las vueltas que le das a la cabeza.
Otra semana que empieza realmente mal. Y a eso se le une esa estúpida sensación de que la gente te empieza a perder el respeto. Y no sé que es peor, realmente.

Escucho ahora: Morrissey - dear God, please help me

6.3.06

Tristeza

En estos momentos no tengo palabras.
Me las han robado todas.
Lo que más importa ahora eres tú. Lo que más siento de verdad es lo tuyo.
Sólo pienso en ti, en como lo estarás pasando, en como lo tendrás que ir asumiendo. En ese difícil camino, me tendrás a tu lado, y no sólo a mí.
No es el mejor día. Tengo ganas de llorar.